La encarnación nunca pretendió ser una trampa. Nunca pretendió ser eterna. Era simplemente un juego en el cual participar, una nueva aventura en la exploración de la de la creatividad y de la vida. Pero tu te perdiste rapidamente en los sentidos del cuerpo, y tu cuerpo se convirtió en la totalidad de tu identidad. Te volviste tan inmenso en la materia de este plano que te convertiste en el hombre inseguro, atemorizado, en el hombre vulnerable, el elemento mortal, porque olvidaste la poderosa esencia que vive dentro de ti.
Ramtha (El libro blanco)

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