VIENTO CÓSMICO

Cuando la tierra jadea es lo que llamamos viento. Algunas veces el viento no se levanta, pero cuando lo hace rugen todas las oquedades. ¿Quién no ha escuchado el ulular de un poderoso viento?
En las profundidades de las boscosas montañas se encuentran árboles enormes de varios metros de circunferencia cuyas oquedades asemejan narices, bocas, orejas, cercados morteros o charcas…penetra el viento por esas cavidades y produce diversidad de sonidos. En ocasiones estrépito de torrente, en otras el silbar de una flecha, otras semeja un bostezo o bien profunda aspiración, a veces suena a llamada o a gemido, a voz de profundo valle o a atormentado lamento.
Canta delante el viento y detrás le acompañan…con brisa, armonía menor, si vendaval, armonía mayor. Cuando el vendaval ha pasado, las cavidades quedan todas silenciosamente vacías. ¿Acaso no ves cómo se agitan las ramas y las hojas de los árboles?
De modo que la música de la tierra es el sonido del viento que sale de todas esas oquedades y la música del hombre la que sale de las flautas, así la música del Cielo es toda la variedad de sones que el viento hace brotar de las innumeras y diversas oquedades. Y esa incalculable variedad de sones se debe al propio natural de cada una de esas cavidades.
Lo que oyen nuestros oídos físicos no son sino los diez mil sonidos producidos por las cavidades de los árboles, no son el sonido del Cielo, sino el sonido de la tierra. Sin embargo, debemos tomar consciencia de que al oír el sonido de la tierra, lo que oímos es el sonido del Cielo. Los sonidos infinitamente diversos que emiten las cavidades no son sino el Único y absoluto sonido del Cielo.
Al igual que las cavidades de los árboles emiten todo tipo de sonidos al soplar en ellas el viento, el interior del hombre se encuentra en estado de constante tumulto: ( Los movimientos de las mentes humanas son infinitamente diversos, el regocijo, la ira, la tristeza, el deleite…unas veces se preocupa por el futuro, otras se lamentan en vano por el pasado perdido, veleidosas, obstinadas, lisonjeras, engreídas, sinceras, afectadas…día y noche los cambios no dejan de sucederse unos a otros ante nuestros ojos…¿De dónde brotan esos cambios?...no es posible conocerlo, sin embargo es innegable que estas cosas se producen en nosotros mismos y es precisamente el hecho de que se produzcan lo que demuestra que estamos vivos.)
Se ha dicho a menudo que sin estímulos externos no habría ego, sin embargo ésta idea no llega al fondo de la cuestión. Los que imaginan que ésta idea puede explicar plenamente los cambios psicológicos que tienen lugar en nosotros mismos son comparables a los orificios y cavidades de los árboles que presumen ingenuamente que son los que producen los sonidos sin prestar atención a la actividad del viento.
(El viento aquí simboliza la Existencia en su acto omnipresente y los orificios de los árboles simbolizan las esencias). El hecho de que las cosas estén dotadas de esencias y sean, por ende, esencialmente distintas unas de otras es una simple cuestión de apariencias, sin embargo la mente humana es por naturaleza esencialista, le resulta muy difícil, por no decir completamente imposible representarse algo sino es en forma de ¨cosa¨. No puede imaginar algo como nada. El concepto de lo Absoluto como algo que es nada constituye para una mente corriente una paradoja intolerable, un disparate. Es también cierto que nadie puede ver lo Absoluto como algo (cosa) existente pero nadie puede negar la presencia de su acto que (desde el punto de vista filosófico no es sino la Existencia). El viento Cósmico no tiene sonido propio, el sonido del Cielo es insonoro.
( cuaderno de notas de Melquisedec)

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